Vino Tinto Buencomiezo:Buencomiezo es una verdadera joya que rinde homenaje a la rica tradición de los grandes vinos tintos españoles. Desde sus raíces, este vino ha sido concebido como una expresión moderna de la excelencia vinícola, manteniendo siempre su estatus de clásico contemporáneo. El proceso comienza con la meticulosa selección de las uvas Mencía, cuidadosamente recolectadas de las cepas viejas del paraje "Buencomiezo". Estas vides, con su historia arraigada en la tierra, aportan una profundidad y complejidad únicas al vino.
Cada botella de Buencomiezo es un tributo a la herencia vinícola de España y una obra maestra que refleja la pasión por la calidad y la autenticidad. Este vino es un testimonio de la pericia enológica, un puente entre el pasado y el presente que celebra la excelencia vinícola con cada sorbo. Es más que un vino, es una experiencia, una expresión de la tradición y el compromiso con la calidad que se manifiesta en cada copa.
La vendimia manual, con su enfoque minucioso y artesanal, es un testimonio del compromiso con la calidad y la autenticidad. Cada uva seleccionada con cuidado y delicadeza revela la esencia del paraje "Buencomiezo" y de la variedad Mencía en su máxima expresión. Este proceso manual permite una inspección cuidadosa de cada racimo, asegurando que solo las uvas perfectamente maduras y sanas sean parte de la vinificación. Cada uva es como una pequeña cápsula del terroir, llevando consigo la historia de la tierra y el microclima que la rodea. Esta atención meticulosa a los detalles es un tributo al legado vinícola y a la pasión por crear vinos excepcionales que se expresan de manera auténtica y fiel al terruño.
La maestría en la vinificación es un arte que fusiona lo moderno y lo tradicional. Tras la selección de uvas, el proceso de vinificación combina técnicas contemporáneas con un toque artesanal que otorga al vino su distintiva personalidad. La crianza en barricas de roble francés y americano es la clave para su desarrollo. El roble francés aporta sutileza y finura, permitiendo que los matices frutales se expresen con elegancia, mientras que el roble americano infunde notas especiadas y de vainilla, creando una armonía única de sabores y aromas. El resultado es un vino maduro y equilibrado, una obra maestra que captura fielmente la esencia del paraje "Buencomiezo" y celebra la diversidad del terroir de manera extraordinaria.
La producción limitada de tan solo 4,500 botellas convierte a Buencomiezo en una verdadera rareza, un tesoro vinícola que refleja el cuidado y el compromiso con la calidad en su máxima expresión. Cada botella es una pieza única que representa el esfuerzo dedicado a crear un vino excepcional que captura la esencia del paraje "Buencomiezo". Si está considerando la adquisición de Vino Tinto Buencomiezo, no dude en consultar a nuestro sumiller, quien estará encantado de brindarle asesoramiento sin compromiso. Descubrirá que esta joya vinícola es mucho más que una bebida; es un testimonio de la tradición fusionada con la visión del futuro, una experiencia que se despliega en cada sorbo. Estamos aquí para ayudarle a explorar este vino excepcional y a comprender por qué es tan especial.
Aurelio Feo Viticultor: “El auténtico vino de Garaje del Bierzo”
En nuestra bodega familiar situada en San Andrés de Montejos, entre castros pre-romanos y a los pies del camino de Santiago, contamos con una larga experiencia en la elaboración de vinos, tradición cultivada durante 5 generaciones y que ahora ponemos a su alcance a través de nuestros vinos, de los que estamos seguros que disfrutará. Mimamos nuestra uva Mencía, reina de la denominación de origen Bierzo, en 5 hectáreas de viñedo propio, con edades comprendidas entre los 60 y 110 años ubicados a unos 550 metros de altitud, en terruños arcillo pedregosos o pizarrosos, donde desarrollamos una viticultura sostenible y respetuosa con el medio.
Identificados con nuestra tierra, tratamos de ser honestos con la herencia que hemos recibido, interviniendo lo mínimo posible, respetamos la variedad y creamos los vinos que nos gustaría beber, vinos reconocibles, de calidad y sin artificios.
– Buenas, quería ver a Aurelio.
– Pues tendrá que ir a la viña. Yo le indico el camino, mire…
Más o menos este puede ser el diálogo que puedes mantener de inicio si llegas a San Andrés de Montejos buscando al alma mater de este proyecto tan personal y único. Porque Aurelio Feo vive para la viña. Es consciente de que el vino se empieza a hacer en una mañana de enero en el momento en que la tijera de podar elige el pulgar que va a dar la mejor uva. Desde entonces, todo es un proceso de mimo que le hace recorrer decenas de veces el mismo vallado (o gavia) de cepas buscando la vara traviesa que hay que atar o cortar, el racimo de más que hay que eliminar, la hoja que avanza una posible enfermedad, el envero que anticipa una cosecha singular, la planta que hay que recuperar o injertar, el papel que ha traído el viento de otra finca menos limpia, el nido de pájaros que en las lindes cierra el ciclo de la vida…
El vino que olemos y apuramos en un minuto tiene una historia que nace nueve meses antes de la fecha de la cosecha que está impresa en la etiqueta. O más, porque las cepas que Aurelio cultiva con paciencia de japonés con sus bonsáis, son fruto de más de cien años de vida, con sus calamidades y sus años buenos, con sudores antiguos que han cimentado una trayectoria familiar que hacen, sí, al final de todo, un vino único.
El vino es enología y bodega, claro que sí, pero la base está en la viña, por eso Aurelio se llena de humildad y se declara viticultor. Un viticultor que hace un vino fantástico porque la materia prima ha salido de su alma. Cuando bebas un Buencomiezo o un Cruz de San Andrés, sabrás de qué te hablamos. Disfrútalo con el respeto a cinco generaciones que han trabajado el mismo terroir y la moderación que se le supone a la gente sabia.