Queremos rendir especial tributo a la luz de nuestra tierra, que tarde tras tarde se despide a fuego llenando nuestras uvas de vida.
La luz que alimenta nuestro espíritu bodeguero y el orgullo de nuestra familia.
Esta bodega se sitúa en la zona de Matanegra, la cual se caracteríza por poseer una gran tradición vitícola en Extremadura caracterizada por un microclima singular y suelos ricos en minerales.
Son en definitiva, tierras para recorrer y sentir. Tierras para sufrir y amar. Tierras para soñar y desear. Son tierras son para vivir.
Y qué decir de sus suelos, fertilidad natural gracias a la riqueza de nutrientes, los vientos atlánticos y la perfecta adaptación al ciclo vegetativo de la cepa. Así, han criado plantas robustas de gran longevidad que aportan la esencia de carácter a sus vinos.