Schimbock Riesling 

El Schimbock es un viñedo muy singular, casi olvidado décadas atrás por su frialdad al mirar al oeste, pero que en los últimos comienza a alabarse por su singularidad. Pegado al Goldgrube, muy cerca del río, entremezcla a la pizarra gris habitual en la zona con vetas de óxido de hierro (pizarra roja), que aporta los vinos una mineralidad particularmente profunda. Sus altas puntuaciones son por algo.

El Schimbock , como se denomina en la etiqueta de consumo, es un vino seco (con 2,2 g/l de azúcar residual) elaborado con uvas Riesling vendimiadas en el Trabener Schimbock situado en la continuación del Wolfer Goldgrube. La mitad de las uvas se prensaron directamente y la otra mitad de las uvas se mantuvieron durante 3 días en maceración en frío, se prensaron con una vieja prensa de canasta y se fermentaron y maduraron en tanques de acero inoxidable. Presenta una nariz magníficamente reductora y especiada, que poco a poco da paso a flores blancas, finas especias, frutas picantes, humo, tilo y anís. El vino es magníficamente juguetón y completamente seco, pero tiene una gran energía y concentración. Hay algo de presencia fenólica y tánica que necesita integrarse. Este es un magnífico Riesling seco.

Daniel Vollenweider elabora los vinos dulces y semidulces clásicos de la región, pero también secos (un 50% de la producción), siempre bajo una filosofía de intervención mínima, potenciando el trabajo en el viñedo, buscando la máxima madurez y calidad de la uva, y preservando esa acidez intrínseca de la variedad que dará largos años de vida a los vinos. Los vinos de Daniel Vollenweider son vinos muy personales, honestos y sin maquillajes; ofrecen la esencia del viñedo y las particularidades de cada añada.

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