Vin rouge Cruz de San Andres :San Andrés de Montejos es nuestro pueblo y sobre su bandera ondea la Cruz de San Andrés, emblema del Bierzo.
Elaborado a partir de uvas cultivadas en nuestros viñedos tradicionales de vaso y espaldera en los suelos arcillo-calcáreos de los alrededores de San Andrés, se madura en depósitos de acero inoxidable y ligeramente en barricas para producir un vino sabroso, fresco y afrutado, fiel reflejo de su variedad y terruño.
Nuestros viñedos son cuidadosamente manejados siguiendo prácticas sostenibles, lo que contribuye a la calidad y autenticidad de nuestros vinos. La elección de la uva y la vendimia manual en el punto óptimo de madurez son parte de nuestro compromiso con la excelencia.
El vino que obtenemos de este proceso es una muestra de la pasión y dedicación que ponemos en cada botella. Desde los aromas afrutados en nariz hasta el sabor equilibrado en boca, nuestros vinos capturan la esencia de la tierra y la tradición vinícola.
Invitamos a todos los amantes del vino a disfrutar de nuestra creación y a unirse a nosotros en la celebración de la diversidad y el sabor de esta bebida icónica.
Vendimiado a mano en cajas de 18k, se elabora en depósitos de acero inoxidable, respetando las levaduras autóctonas. Tras una ligera crianza en barricas de roble, el resultado es un vino fiel reflejo de la variedad y el terruño.
5000 botellas.
Nuestra selección de uvas se realiza de forma minuciosa, buscando la madurez óptima y la expresión más genuina de la variedad. La vendimia manual en cajas de 18 kilogramos asegura que solo las uvas de la mejor calidad lleguen a la bodega.
Una vez en la bodega, las uvas se someten a un proceso de fermentación en depósitos de acero inoxidable, utilizando las levaduras autóctonas presentes en la piel de las uvas. Este proceso permite capturar y conservar los matices y la personalidad del terruño, otorgando al vino su carácter distintivo.
Después de la fermentación, el vino se somete a una ligera crianza en barricas de roble, que aporta complejidad y elegancia a su perfil de sabor.
El resultado es un vino que refleja con fidelidad la variedad de uva y el carácter del terroir, invitando a los amantes del vino a disfrutar de su rica expresión y autenticidad.
Si tiene alguna duda a la hora de comprar vino tinto Cruz de San Andrés, póngase en contacto con nuestro sumiller, que estará encantado de asesorarle sin compromiso.
Aurelio Feo Viticultor: “El auténtico vino de Garaje del Bierzo”
En nuestra bodega familiar situada en San Andrés de Montejos, entre castros pre-romanos y a los pies del camino de Santiago, contamos con una larga experiencia en la elaboración de vinos, tradición cultivada durante 5 generaciones y que ahora ponemos a su alcance a través de nuestros vinos, de los que estamos seguros que disfrutará. Mimamos nuestra uva Mencía, reina de la denominación de origen Bierzo, en 5 hectáreas de viñedo propio, con edades comprendidas entre los 60 y 110 años ubicados a unos 550 metros de altitud, en terruños arcillo pedregosos o pizarrosos, donde desarrollamos una viticultura sostenible y respetuosa con el medio.
Identificados con nuestra tierra, tratamos de ser honestos con la herencia que hemos recibido, interviniendo lo mínimo posible, respetamos la variedad y creamos los vinos que nos gustaría beber, vinos reconocibles, de calidad y sin artificios.
– Buenas, quería ver a Aurelio.
– Pues tendrá que ir a la viña. Yo le indico el camino, mire…
Más o menos este puede ser el diálogo que puedes mantener de inicio si llegas a San Andrés de Montejos buscando al alma mater de este proyecto tan personal y único. Porque Aurelio Feo vive para la viña. Es consciente de que el vino se empieza a hacer en una mañana de enero en el momento en que la tijera de podar elige el pulgar que va a dar la mejor uva. Desde entonces, todo es un proceso de mimo que le hace recorrer decenas de veces el mismo vallado (o gavia) de cepas buscando la vara traviesa que hay que atar o cortar, el racimo de más que hay que eliminar, la hoja que avanza una posible enfermedad, el envero que anticipa una cosecha singular, la planta que hay que recuperar o injertar, el papel que ha traído el viento de otra finca menos limpia, el nido de pájaros que en las lindes cierra el ciclo de la vida…
El vino que olemos y apuramos en un minuto tiene una historia que nace nueve meses antes de la fecha de la cosecha que está impresa en la etiqueta. O más, porque las cepas que Aurelio cultiva con paciencia de japonés con sus bonsáis, son fruto de más de cien años de vida, con sus calamidades y sus años buenos, con sudores antiguos que han cimentado una trayectoria familiar que hacen, sí, al final de todo, un vino único.
El vino es enología y bodega, claro que sí, pero la base está en la viña, por eso Aurelio se llena de humildad y se declara viticultor. Un viticultor que hace un vino fantástico porque la materia prima ha salido de su alma. Cuando bebas un Buencomiezo o un Cruz de San Andrés, sabrás de qué te hablamos. Disfrútalo con el respeto a cinco generaciones que han trabajado el mismo terroir y la moderación que se le supone a la gente sabia.