vino de jerez
Título: Los Vinos de Jerez en el Día de Andalucía
Desde Andalucía, la cuna de los Vinos de Jerez, llegan joyas vinícolas emblemáticas de España. En este Día de Andalucia, celebramos el legado de estos vinos únicos, que han impregnado profundamente la tradición de esta región. Los Vinos de Jerez se producen exclusivamente en el Marco de Jerez. Un territorio que abarca localidades como Jerez del Frontera, Sanlúcar de Barrameda . El Puerto de Santa María y muchas otras. Su singularidad y excelencia enológica los convierten en verdaderos embajadores de Andalucia en el mundo del vino. En esta ocasión especial, brindamos por la riqueza de esta tierra andaluza y su contribución inigualable a la cultura vinícola.
Esta comarca atesora más de 3.000 años de tradición enológica, a lo largo de los cuales ha desarrollado métodos de elaboración propios y singulares. Sus privilegiada condiciones climatológicas propician el cultivo de tres variedades de uva: Palomino, de la que se obtienen vinos secos, Pedro Ximénez y Moscatel, ambas utilizadas para vinos dulces.
El Jerez ha brillado con luz propia a lo largo de la Historia. Fue la bebida predilecta de descubridores como Colón o Magallanes, glosado por el genial William Shakespeare y elogiado por Fleming como el mejor remedio contra la enfermedades.
El secreto
En este estilo de vinos hay dos tipos de crianza: la crianza entendida como guarda y evolución del vino en botas de madera, sometido a la lenta evolución físico-química según las condiciones de su entorno, a la que generalmente nos referimos como «envejecimiento» o «crianza oxidativa». La denominada «crianza biológica» bajo velo de flor, en la que el vino evoluciona de forma más dinámica, impulsado por la actividad de un velo biológico formado en la superficie de éste por levaduras específicas y propias de la zona.
En el caso de la crianza biológica, la influencia de la flor resulta determinante; no sólo protege al vino de la oxidación al evitar el contacto directo del líquido con el aire contenido dentro de las botas, sino que la interactuación de las levaduras con el líquido propicia cambios significativos en el mismo: al ya mencionado consumo de alcohol como consecuencia de su metabolización por parte de la flor hay que unir el consumo y consiguiente reducción de otra serie de elementos inicialmente presentes en el vino, como son la glicerina o la acidez volátil. Por el contrario, la crianza biológica propiciará un incremento sustancial del contenido en acetaldehído, Elemento responsable de la sensación punzante a la nariz que va adquiriendo el vino así criado de forma paulatina.
La crianza oxidativa, caracterizada por una mayor graduación alcohólica y exposición al oxígeno, transforma radicalmente el vino, especialmente notable en los vinos de Andalucía. Con el tiempo, estos vinos van adquiriendo una tonalidad más oscura y desarrollan sabores y aromas únicos. La influencia del oxígeno durante este proceso conduce a fenómenos de concentración, donde ciertos elementos del vino traspasan las paredes de la bota, enriqueciendo su perfil sensorial de manera distintiva y compleja. Este proceso gradual e inevitable en la crianza oxidativa contribuye a la singularidad y la riqueza de los vinos de Andalucía, añadiendo profundidad y carácter a cada copa.
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