Vinho Tinto Doncel de Mataperras

Marqués de Velilla es mucho más que una bodega; es un legado arraigado en la tradición y la pasión por el vino que ha perdurado a lo largo de generaciones. Fundada en 1985 por la familia Hernández de Mercado, originaria de Segovia, esta bodega ha sido testigo de una historia de dedicación y excelencia que se refleja en cada botella que produce.

El año 2000 marcó un hito significativo en la evolución de Marqués de Velilla. En ese año, se llevó a cabo una importante obra de ampliación y modernización de la bodega, convirtiéndola en una de las instalaciones más avanzadas tecnológicamente en toda la región de la Ribera del Duero. Este paso adelante no solo aumentó la capacidad de producción, sino que también permitió elevar la calidad de los vinos a un nivel superior.

Ubicado en las fértiles tierras que bordean las riberas del río Duero, el viñedo de Marqués de Velilla se alza majestuoso, enraizado en un suelo rico y robusto. Las cepas centenarias, testigos de innumerables ciclos estacionales, han sido moldeadas por la influencia del clima extremo de la región. Aquí, el sol abrasador del verano y los rigores del invierno se entrelazan para crear un microclima único que influye en el carácter de las uvas, infundiéndolas con una riqueza y complejidad inigualables.

La altitud, la exposición al sol y la composición del suelo son elementos clave que contribuyen a la singularidad de los vinos de Marqués de Velilla. Cada botella cuenta la historia de un terruño excepcional, donde las condiciones naturales se combinan armoniosamente para producir uvas de calidad excepcional. Los vinos de Marqués de Velilla son el resultado de un meticuloso proceso de elaboración, donde se fusiona la tradición con la innovación para crear auténticas obras maestras enológicas.

Desde la brotación de las primeras yemas en primavera hasta la vendimia en otoño, cada etapa del ciclo vitícola está marcada por el esmero y la dedicación de los viticultores. La selección manual de las uvas, el control de la fermentación y el envejecimiento en barricas de roble son solo algunas de las prácticas que garantizan la excelencia en cada botella. El resultado son vinos que capturan la esencia del terroir y la pasión de quienes los elaboran.

Cada sorbo de un vino Marqués de Velilla es un viaje sensorial que invita a explorar la riqueza y la diversidad de la Ribera del Duero. Con su profundo aroma, su intensidad en boca y su elegante final, estos vinos conquistan los paladares más exigentes y dejan una huella imborrable en quienes tienen el privilegio de degustarlos. En Marqués de Velilla, el vino es más que una bebida; es una experiencia que trasciende el tiempo y el espacio, una celebración de la vida y la pasión por la viticultura.

Además de su compromiso con la calidad, Marqués de Velilla también se distingue por su enfoque en la sostenibilidad. La bodega ha adoptado prácticas respetuosas con el medio ambiente, desde la agricultura ecológica en sus viñedos hasta la reducción del uso de recursos en su proceso de producción. Este compromiso no solo garantiza la salud de los viñedos y el entorno natural, sino que también asegura que las futuras generaciones puedan disfrutar de la riqueza de la Ribera del Duero. Al elegir un vino de Marqués de Velilla, los consumidores apoyan una filosofía de respeto hacia la tierra y una búsqueda constante de armonía entre la tradición vitivinícola y la protección del medio ambiente.

Marqués de Velilla no solo se enfoca en la producción de vinos excepcionales, sino que también busca conectar a las personas con la cultura del vino. La bodega ofrece visitas guiadas y catas que permiten a los amantes del vino sumergirse en su historia, aprender sobre el proceso de elaboración y, sobre todo, disfrutar de la calidad de sus productos en un entorno natural impresionante. Estas experiencias no solo enriquecen el conocimiento sobre el vino, sino que también crean memorias inolvidables, donde cada visitante puede compartir su pasión por la viticultura y celebrar la herencia de Marqués de Velilla.