Resolvemos uno de los grandes misterios gastronómicos, ¿Qué vinos españoles maridan bien con la comida Asiática?
Ayer noche acudimos a cenar al restaurante Zen Market, última apuesta del restaurador Roger Chen (Zen Central y Asia Gallery). Al igual que sus otros restaurantes, nos ofrece una excelente cocina asiática, concretada en una propuesta que combina lo chino y lo japonés, trufándolo con algún detalle thai y vietnamita. El restaurante está localizado en uno de los laterales del estadio Santiago Bernabeu, con vistas al campo.
No entramos en pasiones futbolísticas, pero el restaurante está francamente bien ambientado y con gran encanto.
Debido a la mezcla de sabores, seleccionar el vino adecuado para cocina China o Tailandesa, puede ser una tarea sumamente complicada.
La cocina asiática, a menudo, consiste en la selección de platos, algunos dulces, algunos picantes, algunos con sabor a fruta, con humo o incluso sabores agrios de delicada percepción.
Es probable que encontrarse con pollo, langosta, carne de cerdo y pato en la misma comida. A pesar de sus intentos para realizar la mejor selección de vino, es muy probable con un único vino no pueda cubrir la amplia gama de sabores y texturas que pueden surgir.
En nuestro caso, comenzamos con una selección de rollitos, francamente buenos y como principal, Magret de pato con salsa de ciruelas sobre hoja de parra y Bogavante a la salsa XO y Vermicelli, los cuales compartimos.
Respecto al maridaje, empezamos con una cerveza de aperitivo, que nos duró mientras despachamos los rollitos y esperábamos que nos enfriasen el Vino blanco elegido para para langosta, Baigorri fermentado en barrica 2010.
Este vino está elaborado con 90% de uva Viura y un 10% de uva Malvasía perteneciendo a la D.O. Calificada Rioja. Este blanco realiza una fermentación y crianza en barrica nueva de roble Francés, junto con sus lías, bastoneándose regularmente entre 6 y 8 meses. Presenta un bonito color dorado, que acompaña un aroma intenso con alta presencia a madera.
En boca se presenta con gratas sensaciones frutales y balsámicas. Muy equilibrado. Largo e intenso postgusto, que combina perfectamente con la turgencia de la carne del bogavante y el sabor a mar. Estaba acompañado con unos tallarines de arroz, con una salsa de carácter dulce, con un regusto picante, que combinaba perfectamente con el vino, ya que la barrica equilibraba en boca la dulzura de los tallarines, mientras que al tratarse de un vino fresco, ayudaba a sofocar el calor de los chiles que se utilizaron en la salsa.
Continuamos con el Magret de pato, cocinado al estilo de Pekín, con sus carnes más pesadas. El pato, perfectamente asado, con su carne aun en un punto sangrante, pero con su piel perfectamente crujiente.
Servido sobre un lecho de berenjenas e higos, estaba cubierto por una de las mejores salsas de ciruelas pasas que he probado, incluyendo, cebolla confitada y brandy. El resultado fue una combinación perfecta de una salsa dulce, aunque no empalagosa, que convirtió a la jugosa carne de pato, en un placer exquisito.
El poder de este plato requirió de un acompañamiento con mucho cuerpo, por lo que nos decantamos por un vino tinto, concretamente con una Carmelo Rodero reserva de 2007.
Se trata de un gran vino, muy equilibrado y sugerente, de un intenso color rojo picota con suaves notas violáceas, que marca su crianza con brillantes ribetes teja y ámbar. Ha sido criado con 15 meses en roble francés y 6 en americano con los oportunos trasiegos. Luego descansa en el botellero, un mínimo de 24 meses.
Nariz de gran sutileza con aromas a frutas maduras muy bien conjuntadas con la crianza en madera, que nos lleva a aromas especiales (vainilla, canela) hasta el estimulante aroma de café o tostados.
Muy carnoso en boca, de final prolongado y acidez equilibrada.
Armonioso los taninos maduros y suaves que llenan el paladar de sensaciones agradables. Sorprende por su excepcional complejidad, estructura y elegancia y demuestra la madurez alcanzada por esta casa. Un vino muy largo y persistente.
Deseamos que disfrutasen, nosotros lo hicimos!
Los vinos españoles, de una enorme variedad y excelencia reconocida a nivel internacional, se imponen poco a poco en las mesas de todo el mundo. La producción vitivinícola en España no constituye tan sólo un sector enormemente importante desde el punto de vista económico; su relevancia se extiende a los ámbitos cultural, social y medioambiental, además del turístico
Gracias Cesar por su participación…Totalmente de acuerdo.