Manuel Herrera, vinicultor de Finca Herrera, quien da vida a este proyecto nos transmite su pasión por el vino en esta gran entrevista.
Finca Herrera nace como una consecuencia lógica e inevitable de tres generaciones dedicándose al vino. Así se aprecia en su saber hacer, en la calidad de sus vinos y en cada uno de los detalles que definen a esta bodega.
«Marqués de Velilla» y «Finca Herrera» son denominaciones que sugieren vinos de alta calidad provenientes de viñedos y bodegas específicas en la región vinícola de Ribera del Duero, en España.
Estas bodegas representan la excelencia enológica y la dedicación a la tradición vitivinícola de la región. Los vinos producidos bajo estas marcas se caracterizan por su carácter distintivo, su elegancia y su riqueza de sabores, reflejando el terroir único de Ribera del Duero.
«Marqués de Velilla» y «Finca Herrera» pueden ofrecer una amplia gama de vinos, desde tintos jóvenes y frescos hasta reservas y grandes reservas envejecidos con esmero en barricas de roble. Cada botella cuenta una historia de pasión por el vino y un compromiso con la calidad, llevando consigo el legado de generaciones de viticultores y enólogos.
Estas bodegas son un símbolo de la grandeza vinícola de Ribera del Duero y una referencia para los amantes del vino que buscan experiencias sensoriales excepcionales.
Entrevista Manuel Herrera
Hoy nos encontramos cara a cara con Manuel Herrera, quien da vida a este proyecto y nos transmite su pasión por el vino en las respuestas a cada una de nuestras preguntas:
V: ¿Cuáles fueron sus inicios en el mundo del vino?
Ya de niño veía catar y “discutir” siempre a mi abuelo Pascual y a mi padre. Recuerdo acompañarles a la cooperativa de Manzanares y recuerdo también algunas botellas en nuestra bodega del campo, entre otras las de nuestros amigos los hermanos Pérez Pascuas, un Pedrosa del 80 y varias botellas de Cune del 81 con la bandera de España…
V: Una Denominación de Origen y una varietal de uva.
Cualquiera que tenga viñas viejas en vaso y variedades autóctonas. En España, Cigales, con sus garnachas por descubrir; y en Italia el Piamonte y su uva nebbiolo.
V: ¿Qué deberíamos aprender de los vinos extranjeros y qué les podemos enseñar?
De los extranjeros del Viejo Mundo podemos aprender muchas cosas todavía, sobre todo a interpretar las añadas sin que importe tanto el buscar la regularidad. Pero nosotros también tenemos cosas que enseñarles, como nuestros paisajes mágicos y sus variedades.
V: Un vino español y otro extranjero que se llevaría a una isla desierta.
¿Sólo dos botellas? ¡Pues tendrán que ser magnum entonces! L’Ermita, de Álvaro Palacios y un Y’Quem.
V: ¿Parker o Peñín?
Ambos, y muchos más. Ojalá hubiera una docena con la repercusión de Parker.
V: ¿El mejor maridaje para sus vino?
Los amigos y el aire libre.
V: ¿Bodega o Viñedo?
Siempre primero el campo, siempre la viña. Luego un buen ”agujero ” para las barricas y un buen dormitorio para las botellas.
V: Un personaje histórico con el que le hubiera gustado tomar un vino.
Con Nelson Mandela en su tierra, en África del Sur, pero como ya no puedo lo tomaría con Robert de Niro en mi viña.
V: ¿Qué considera más importante, variedad o terruño?
La variedad adecuada a su terruño y la edad de la viña. Cepa, suelo y clima.
V: ¿Qué debemos hacer para que en España se vuelva a beber vino?
Disfrutarlo en familia y con amigos. Educarnos.
V: ¿Cree positivo el intrusismo en el mundo del vino (“famosetes” metidos a bodegueros)?
Todo el que ponga amor en el vino es, para mí, bienvenido. Nadie nació haciendo vino.
V: ¿Qué opina de la introducción de variedades foráneas en España?
Que ya han cumplido su misión y que las que sabiamente se han aclimatado al terruño y se van haciendo viejas nos van a seguir dando vinos memorables, pero toca tirar de las nuestras, de las que estaban y van a quedarse. Las modas pasan.
V: Menos ayudas comunitarias para la modernización del viñedo, importantes excedentes en las bodegas, bajadas de precios y de consumo… ¿Cómo cree que evolucionará el negocio?
Calidad en contra de cantidad. Dar valor a nuestro trabajo y ayudar a preservar el viñedo viejo en España debería ser una obligación del Estado. Es nuestro patrimonio, y es único e irrepetible.
V: ¿Cómo piensa que debemos acercarnos al joven consumidor? ¿Cree que el esnobismo que algunos han querido introducir en el vino ha perjudicado al consumo por parte de los jóvenes?
Acercarse a los jóvenes es relativamente fácil con una gama de vinos desenfadados y fáciles de beber como primer escalón, con vinos de pueblo y de la comarca que hagan patria en sus zonas de producción. Pero vinos de verdad, aunque los bebamos en porrón. Si desde niño ves vino en casa, se te hace familiar y te resulta lógico su consumo al llegar a la edad adulta.
V: ¿A qué le da más importancia a la hora de comprar un vino, a una zona vitivinícola en concreto o a la calidad del propio vino sea de donde sea?
Al respeto a la viña y a la curiosidad de quien lo elabora.
V: Cómo ve la evolución en el mercado de los vinos biodinámicos? ¿Cree que el consumidor los sabe diferenciar de los vinos ecológicos simplemente por el factor “eco”, porque son más caros, porque son naturales, o porque no llevan aditivos?
Son cosas distintas. Me gusta lo ecológico y tengo en cuenta algunos apuntes de biodinámica para la viña y el suelo. A la hora de elaborar soy muy poco intervencionista, pero de ahí a lo natural hay un gran trecho que no he cruzado.
V: Suponiendo que coincida conmigo en el hecho de que la presencia del vino español en el exterior debería ser mucho mayor (en muchos países salimos derrotados por goleada si nos comparamos con franceses, italianos o chilenos), ¿cuál cree usted que sería la estrategia a seguir para tratar de incrementar la venta de vino con Denominación de Origen en estos países?
Calidad y más calidad, viticultores, terruño, singularidad, imagen, producciones razonables. Y, por supuesto, mucho más apoyo institucional.
V: ¿Cómo cree que afectará al futuro del vino el cambio climático y qué propuestas deberían incentivar las bodegas para combatirlo?
Indudablemente parece que pasa algo. Aunque nosotros estamos más que de paso, el vino existía hace más de 3.000 años y seguirá existiendo dentro de otros 3.000. Las zonas donde había viñedos desde siempre están ahí por algo y ahí seguirán. Hay que preocuparse de cuidarlas y mejorarlas mientras estemos aquí.