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NO INVENTAMOS EL TEQUILA
Simplemente lo perfeccionamos. Descubra por usted mismo los métodos de eficacia comprobada que usamos para elaborar el mejor tequila del mundo.
El agave madura de a poco, cada ocho años aproximadamente. Por eso, nuestros jimadores expertos procuran buscar y cosechar solamente el agave azul Tequilana Weber que tiene el contenido de azúcar ideal. Los jimadores emplean una herramienta filosa denominada “coa” para sacar las hojas y, así, revelar el corazón de la planta: la piña.
Después de que las piñas se cortan manualmente, se hornean en pequeños hornos de ladrillo a fin de asegurar una cocción pareja. Luego, se aplastan con una rueda tahona de piedra volcánica, que mide dos toneladas, y un molino de cilindros.
La mezcla resultante se fermenta durante tres días, se destila y, en algunos casos, se añeja en barriles hechos a mano. Dos meses como mínimo para Patrón Reposado y hasta diez años para Extra Añejo 10 Años, nuestro tequila con mayor antigüedad.
El tequila en sí puede ser el elemento más artesanal de nuestra historia, pero en México, los artesanos que trabajan en vidrio crean y moldean nuestras botellas “perfectamente imperfectas” de nuestro Tequila Patrón.
Luego, nuestra bebida blanca de lotes pequeños se embotella; no obstante, nuestra atención al detalle no se detiene allí. Todo debe ser perfecto, ya sea al cosechar un fino corcho portugués de manera sostenible o al hacer que los maestros del cristal francés, Lalique, diseñen un hermoso tapón de cristal.