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D.O. Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda

No se sabe exactamente cuándo se comenzó a elaborar la Manzanilla. Históricamente, se suele asociar el comienzo de la producción en las bodegas sanluqueñas con la reestructuración del negocio vitivinícola durante el siglo XVIII y con el asentamiento de la industria moderna en la zona.

La Manzanilla fue incorporada a la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry en 1933 como uno de sus tipos de vino. Hasta 1964 no se publicó el Reglamento de la Denominación de Origen Manzanilla, donde se reconoce la identidad de la Manzanilla, así como su vínculo con Sanlúcar de Barrameda.

El 26 de junio de 1996, la Comisión de la Unión Europea reconoció el carácter único de la Manzanilla. Con ello dejó de ser necesario referirse a este vino con la expresión «Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda», ya que ahora solo hay una: la de Sanlúcar.

La zona de producción del Jerez se encuentra en el extremo sur de la península. Los viñedos de Jerez, El Puerto de Santa María, Sanlúcar, Trebujena, Chipiona, Rota, Puerto Real, Chiclana y Lebrija son los únicos que pueden producir uva para la elaboración de vinos de Jerez y Manzanilla. Otra delimitación importante es la zona de crianza: el triángulo formado por las ciudades de Jerez, El Puerto de Santa María y Sanlúcar.

Únicamente en estas ciudades se puede completar el proceso de producción amparado por la D.O. Hay que tener en cuenta varios factores de estas zonas, como el clima, el tipo de tierra (albariza, barros y arenas) y, especialmente, el tipo de uva autóctona: Palomino, Moscatel y Pedro Ximénez (blancas las tres).