Un vino de hielo es una joya de la enología que se elabora bajo condiciones climáticas específicas y mediante un proceso meticuloso que garantiza su excepcional calidad. Este tipo de vino se produce a partir de uvas que se cosechan en condiciones climáticas extremas, donde las temperaturas alcanzan niveles gélidos, lo que provoca que las uvas se congelen en la vid. Este fenómeno natural, conocido como «vendimia tardía» o «vendimia de hielo», ocurre en regiones vitivinícolas específicas y solo en años excepcionales, lo que convierte a los vinos de hielo en una rareza deseada por los conocedores de vinos de todo el mundo.
El Vino de Hielo es conocido por su sabor distintivo, profundo y exquisitamente dulce. Sin embargo, reducirlos únicamente a su dulzura sería injusto y limitante. Estos ofrecen una complejidad de sabores que va mucho más allá de su dulzura inicial.
Su proceso de elaboración único concentra los azúcares naturales de las uvas, lo que resulta en vinos con una riqueza y una intensidad de sabor inigualables. Además de su dulzura, el vino de hielo pueden exhibir notas de frutas tropicales, miel, caramelo, especias y una acidez refrescante que equilibra su dulzura, creando una armonía gustativa cautivadora.
Uno de los aspectos más fascinantes de el vino de hielo es su versatilidad en maridaje. Aunque son deliciosos por sí solos como postre, también pueden acompañar una amplia variedad de platos, desde quesos suaves y foie gras hasta postres decadentes como tartas de frutas y helados. Su complejidad de sabores y su equilibrio entre dulzura y acidez los convierten en una opción ideal para complementar una variedad de alimentos y realzar la experiencia gastronómica.
En resumen, son mucho más que simples vinos dulces; son obras maestras de la naturaleza y la enología, que ofrecen una experiencia sensorial incomparable. Su rareza, su sabor excepcional y su capacidad para enriquecer cualquier ocasión los convierten en un tesoro preciado en el mundo de la vinícola.
De hecho se pueden considerar milagrosos porque se consiguen en condiciones tan extremas que, a priori, parece imposible su obtención.
Las Orígenes del Vino de Hielo
El origen de los vinos de hielo esta en Alemania y las uvas con las que se elabora el vino son blancas.
Hay también las tintas, por ejemplo, el Pinot Noir o Cabernet Sauvignon.
Estos vinos no depende de una uva concreta, sino de un tipo de viticultura y vinificación cuidada.
El proceso de la vinificación. Vino de uva congelada
Aunque hay una ‘’falsa’’ concentración de azúcares y algunos tienen que añadirle azúcar extra. El mosto obtenido por estos métodos es del orden de un 5-10% más rico en azúcares en comparación con el vino normal.
Esta técnica se utiliza en zonas frías, por ejemplo, Alemania, Canadá, Francia y Austria. Eso es porque para que se produzca esta congelación, es necesario que la temperatura se mantenga al menos en torno a -7 ó -8C (sin bajar de los -13ºC, algo que sería contraproducente) durante varios días.
La práctica más común consiste en vendimiar de madrugada la uva congelada, y llevarla rápidamente al lagar, que se mantiene abierto para mantener la baja temperatura.
El maridaje perfecto por estos tipos de vinos se presta a las armonías. Por ejemplo el foie gras o una compota de naranja con tostaditas. También chocolate negro con aceite o un helado que no sea muy dulce. ¡Los quesos también pueden combinar muy bien!