Hay lugares que se quedan grabados en la memoria sin haberlos pisado. Basta un aroma, un sabor, una textura para transportarnos a tierras lejanas. Eso es exactamente lo que consigue Saint Clair Spirits, una destilería neozelandesa que ha sabido embotellar el alma salvaje y aromática de Marlborough y convertirla en ginebra.
Saint Clair Spirits, un viaje sensorial a Nueva Zelanda en cada copa
A veces, las historias más interesantes no comienzan con lo que esperas. En el caso de Saint Clair Spirits, todo empezó con vino. Con viñedos en Marlborough, uno de los rincones más bellos y fértiles de Nueva Zelanda, donde las uvas maduran al ritmo del viento del Pacífico. Pero fue precisamente esa tierra, tan generosa y vibrante, la que dio pie a algo más: una ginebra distinta, natural, con alma de paisaje.
Saint Clair Spirits no es una destilería cualquiera. Es el resultado de una filosofía que entiende la bebida no como un producto, sino como una experiencia. Como una forma de capturar el entorno, las estaciones, los aromas del campo y embotellarlos con respeto y creatividad. Una ginebra que sabe a viaje, a historia, a botánica viva.
Cada lote se produce con precisión artesanal y una profunda conexión con el lugar; las flores silvestres, los cítricos frescos, las hierbas locales… no son añadidos caprichosos, sino ingredientes seleccionados con intención, inspirados en lo que crece entre las hileras de viñedos, bajo la misma luz que alimenta las uvas. Es una ginebra que habla del clima, del suelo, del alma de una región.
Y esa visión se refleja también en su estética: desde el diseño de las botellas, elegante y sobrio, hasta los nombres que rinden homenaje a los pioneros del vino y a la belleza salvaje de la naturaleza. Saint Clair no busca imitar estilos europeos ni responder a modas pasajeras. Busca crear un producto honesto, sensorial, con identidad propia.
Al probar cualquiera de sus referencias, uno no sólo percibe el equilibrio y la calidad técnica —que la tienen, y mucha—, sino también una sensación de calma, de lugar, de pertenencia. Como si cada trago nos recordara que la belleza, a veces, está en lo sencillo, en lo que crece libre, en lo que se hace con paciencia.
Saint Clair Spirits ha logrado algo que no todas las marcas consiguen: construir un puente entre el mundo del vino y el de los destilados, manteniendo intacto el espíritu de ambos. Y para quienes buscan algo más que una simple copa, sus ginebras son una puerta abierta a la exploración y al disfrute con conciencia.
Saint Clair Pioneer Dry Gin, elegancia que nace de lo esencial
Si hubiese que definir la Pioneer Dry Gin con una palabra, sería pureza. Esta ginebra representa el alma más clásica del estilo London Dry, pero reinterpretada a través del paisaje neozelandés.
Saint Clair Pioneer Dry Gin es la definición perfecta de lo clásico bien hecho. Su nombre ya sugiere una actitud, la de quien se atreve a explorar nuevos caminos sin perder el respeto por la tradición. Y eso es exactamente lo que ofrece esta ginebra: una mezcla impecable entre elegancia y personalidad.
- Vista: Cristalina y pura, con un brillo nítido que anticipa su carácter refinado. La presentación es impecable, sobria y elegante.
- Nariz: Fresca y muy bien equilibrada. Destacan las notas de enebro maduro, acompañadas por una agradable presencia cítrica; limón y pomelo— y un fondo sutil de especias suaves y hierbas silvestres.
- Boca: Seca, equilibrada y elegante, con notas especiadas suaves y un final largo y refrescante.
Tu próxima ginebra imprescindible, ¡a un clic!
Cada sorbo de Saint Clair Spirits es una invitación a viajar a través de los sabores y aromas únicos de Nueva Zelanda. ¿La buena noticia? No tienes que viajar hasta Nueva Zelanda para probarlas. Basta con pasarte por Vinopremier y dejar que esta ginebra te cuente su historia desde la copa.
Porque, al final, no se trata solo de beber ginebra… ¡se trata de sentir algo diferente!